Santa Inés
Nuestra parroquia está dedicada a una santa romana, muy joven, de 13 o 14 años, que murió mártir el día 21 de enero. Pertenecía a una noble familia romana, quizás la familia Claudia. Llegó al mundo hacia el año 290 de la era cristiana, recibió, después del bautismo, una educación sólidamente piadosa y se consagró a Jesucristo con voto de virginidad.
“El 21 de enero. Memoria de Santa Inés, virgen y mártir, que, a pesar de ser joven, dio a Roma el supremo testimonio de la fe y consagró el honor de la virginidad con el martirio.” (martirologio romano).
El martirio de Santa Inés impactó de tal forma que autores venerables como sueño el Papa San Dámaso, San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo… cantaron sus alabanzas, hasta el punto que entró a formar parte de la lista de apóstoles y mártires que se recitan en el canon romano, la actual plegaria eucarística de la misa.
Los mártires de los primeros siglos eran conscientes de la respuesta que había desencadenado, en su juicio, la sentencia “soy cristiano”; era la confesión pública de la fe Jesucristo. Habían sido encarcelados por el hecho de ser cristianos y sufrían prisión, trabajos forzados, torturas, suplicio y muerte, por el testimonio a favor de su Señor ante la sociedad en que vivían.
Muy a menudo, en las narraciones de los martirios, vemos hombres y mujeres conscientes de la propia debilidad, con miedo de no ser doblegados por el sufrimiento, con miedo de no ser capaces de dar testimonio de su Señor. Por eso se preparaban con la plegaria y la participación en los sacramentos. El martirio fue cuestión de hechos, y no de palabras, y ha sido siempre un referente para la vida cristiana. Por la radicalidad de sus protagonistas, por su coraje, por su coherencia.
Sobre el nombre hay dos versiones. Inés puede provenir del latino “agnus”, y se traduciría por “cordero”. Pero también podría provenir del griego “agnós”, y se tendría que traducir por “pura”. De hecho, en los mosaicos de la iglesia de Santo Apolinar Nuevo (siglo V), en Ravena, ya aparece representada con un cordero al lado. Al parecer se refiere a su nombre, y también, al sueño que, según la tradición, tuvieron sus padres, a los ocho días de la muerte de Inés: la chica avanzaba en medio de una multitud de vírgenes vestidas de oro fino, acompañadas por un cordero.
La fiesta de santa Inés es el 21 de enero. Pero en las diócesis de Cataluña, esta fiesta queda desplazada por la festividad de san Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio. En estas diócesis, santa Inés pasa a celebrarse el 22 de enero. En nuestra parroquia, mantenemos la fecha del día 21, al ser la fiesta titular de la parroquia.
MN. JOSEP RAMÓN PÉREZ
Rector